Hoy vamos a hablar sobre un tema que puede causar bastante preocupación: la tos ferina. En Quintana Roo, los casos de este tipo de tos han aumentado considerablemente, y es importante que sepamos cómo identificarla y cómo actuar. Vamos a desglosar esta enfermedad de manera sencilla y directa para que puedas cuidar mejor a tus pequeños.
La tos ferina, también conocida como pertussis, es una infección bacteriana altamente contagiosa que afecta principalmente a los niños. Es causada por la bacteria Bordetella pertussis. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, los niños menores de 6 meses son los más vulnerables.
¿Cómo suena una tos característica de Tos Ferina? En estos enlaces lo puedes escuchar:
La tos ferina generalmente comienza con síntomas leves similares a los de un resfriado. En la primera semana, tu hijo podría tener:
Después de una o dos semanas, la tos leve se convierte en ataques severos de tos. Estos ataques pueden durar más de un minuto y pueden ocurrir varias veces al día. Durante los episodios de tos, el niño puede volverse rojo o morado debido a la dificultad para respirar.
La tos ferina puede ser muy peligrosa si no se trata adecuadamente, especialmente en bebés y niños pequeños. Algunas de las complicaciones más graves incluyen:
En casos extremos, la falta de oxígeno puede causar daño cerebral, o bien y especialmente en bebés muy pequeños, la tos ferina puede ser fatal.
La mejor manera de proteger a tu hijo contra la tos ferina es mediante la vacunación. Asegúrate de que tu hijo esté al día con sus vacunas DPT, que protegen contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.
Esta vacuna actualmente se encuentra como obligatoria dentro del esquema de salud de los niños, aplicándose mediante una inyección intramuscular en el brazo, colocándose a los 2,4,6 y 18 meses de edad, y con un refuerzo de células enteras a los 4 años.
Busca atención médica de urgencia si tu hijo:
La tos ferina es una enfermedad grave, pero con el conocimiento adecuado y las precauciones necesarias, puedes proteger a tu hijo y mantenerlo saludable. Si notas síntomas sospechosos o si tienes alguna preocupación, no dudes en hacer una cita conmigo para una evaluación completa. Juntos, podemos asegurar que tu hijo reciba el mejor cuidado posible.
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