
Lloran. Se arquean. Piden pecho y lo rechazan en segundos. ¿Te ha pasado?
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Muchas mamás sienten que algo está fallando cuando su bebé cambia de comportamiento de un día para otro. Pero lejos de ser una señal de que tu leche ya no "sirve", lo más probable es que estés enfrentando un brote de crecimiento, una fase transitoria y normal… que puede sentirse como una pequeña tormenta emocional.
Pero respira. Aquí te explicamos cómo navegarla con confianza y ternura.
Es una fase en la que el bebé experimenta un rápido desarrollo físico y neurológico, y su forma de comunicarlo es aumentando la demanda al pecho. No es un “capricho” ni una señal de que tu leche sea insuficiente.
Durante este proceso:
Este comportamiento estimula tu producción de leche, ajustándola a sus nuevas necesidades.
Aunque cada bebé es único, los momentos más comunes son:
Cada brote dura entre 3 y 7 días, aunque algunas mamás reportan que los de 3 meses pueden extenderse un poco más.
Porque todo el proceso desafía nuestra lógica adulta. Pensamos que si pide mucho, es porque “no alcanza”. Pero en realidad, esa demanda es el mecanismo natural del cuerpo del bebé para decirle al tuyo: “vamos a necesitar más”.
Imagina que tu bebé actualiza su sistema operativo... y tu cuerpo, mágicamente, adapta la leche con los nutrientes adecuados para esa nueva etapa. Así de sabio es el diseño de la lactancia.
Y sí, mientras sucede, puede ser cansado. Emocionalmente y físicamente. Por eso es importante que no lo enfrentes sola.
Aunque los brotes son normales, es clave aprender a distinguirlos de otros problemas que sí requieren atención médica:
Si tienes dudas, consulta con un especialista en lactancia o tu pediatra de confianza.
Aquí algunas ideas que funcionan:
🌸 Haz pausas de autocuidado: Un baño caliente, una siesta en pareja o incluso un rato sin sostener a nadie, ayuda.
🫶 Pide ayuda sin culpa: Tu red cercana puede ayudarte con la comida, el aseo o simplemente escucharte.
🧘♀️No luches contra la etapa: Si puedes, ríndete a ella. Abraza, amamanta, respira.
🤱Confía en tu cuerpo: Recuerda: si hay succión, hay producción.
Evita complementar con fórmula innecesariamente, ya que puede alterar este mecanismo natural de ajuste. Solo un profesional debe indicarlo si realmente es necesario.
En nuestro hospital, entendemos que la lactancia no es solo alimento, es también vínculo, consuelo y una fuente de seguridad para tu bebé… y para ti.
Sabemos que estos momentos generan dudas, por eso nuestras enfermeras expertas en lactancia están capacitadas para acompañarte desde el primer contacto piel con piel, hasta las etapas más retadoras del posparto.
✨ La lactancia no tiene que ser perfecta para ser poderosa. Y tú, tampoco tienes que hacerlo sola.
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Porque desde tu pecho… nace un universo de amor. 🌌
Fuentes:
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