Te presentamos a continuación algunos de los padecimientos que se pueden presentar durante esta etapa, para que sepas reconocerlos y puedas superarlos, con tu lactancia intacta.
Muchas mujeres que tienen pezones invertidos o planos, desde el inicio creen que será imposible que den pecho a sus hijos por esta condición, y por ello desisten de la lactancia materna antes de empezar.
Pero este detalle no debería representar un problema para amamantar. Si recuerdas la posición de agarre correcta, el bebé no succiona el pezón, sino que debe abrir su boca y voltear sus labios para mamar desde la areola, con el mayor tejido posible dentro de su boca. Adicional a esta posición de agarre que vemos, por dentro, su lengua realiza ondulaciones propias de succión, todo esto hace que el pezón salga durante las tomas, y con la constancia del amamantamiento, la boca del bebé moldeará tu pezón.
La gran mayoría de mujeres superan esta barrera sin problema, sin embargo, pudiera darse el caso de que la mujer no tenga los filamentos musculares que hacen al pezón sobresalir, o que los tenga muy cortos. En cuyo caso, el amamantar significa una ruptura de tejidos internos para forzar la salida del pezón. Esta condición es extraña, más no imposible, pero sólo puede ser diagnosticada por un especialista de la salud, platícalo con tu ginecólogo y asesor de lactancia para tener diferentes posturas que te faciliten las tomas de leche.
Dolor y Grietas en Pezones
Amamantar no debe producir dolor, y si hay dolor casi siempre se debe a un mal agarre.
Los pechos están diseñados por la naturaleza para amamantar a tu hijo, pero en el proceso de dar el pecho, pueden existir diferentes condiciones que no permitan el agarre correcto (ya sea por desconocimiento, o inclusive si tu bebé tiene una succión disfuncional o condiciones físicas con un frenillo sublingual corto). El agarre incorrecto es el que genera el dolor y las grietas. Éstas últimas suelen darse cuando el bebé solo mama del pezón y no de toda la areola.
Infección de Pezones
Si tienes dolor en tus pechos y/o pezones, inclusive aun si no estás amamantando, o sin una herida aparente, si corriges la postura y no sientes mejoría, probablemente estés pasando por una infección de tus pezones y/o de los conductos.
Normalmente, cuando se tiene una infección, tu bebé suele estar intranquilo pues ante una infección suele haber inflamación, provocando una reducción del flujo, al mamar con mayor fuerza, provoca más inflamación y dolor. Puede ser también que rechace el pecho infectado ya que las infecciones suelen alterar el sabor de la leche.
Perlas de leche
Se ven como un punto blanco, pequeño y brillante en tu pezón, que suele inflarse cuando estas amamantando. Estos pequeños puntos son las perlas de leche y son sumamente dolorosas, como una sensación de quemazón aguda y penetrante.
Hay dos motivos por los que surgen: por un traumatismo, cuando tu bebé tira demasiado fuerte de tu pecho, dañando un conducto y causando una lesión, o por una infección del pecho, que altera su microbiota. Esta última suele ser la causa más común, y por ello se siente un dolor profundo, pues la infección va sobre todo el conducto, y lo que es visible solo es la punta.
Obstrucciones, Mastitis y Abscesos
Cuando se tapa un conducto se habla de una Obstrucción Mamaria, se siente como un bulto doloroso y duro en cualquier lugar de tu pecho, aunque por lo general suele darse en la parte superior cercana a la axila. Adicionalmente, puedes presentar febrícula de 37.5°C y malestar general.
Hablamos de Mastitis cuando el bulto se calienta, se enrojece, y la fiebre supera los 38.5°C. En este padecimiento se caracteriza por la presencia de un agente llamado “S. Aureus”, que se multiplica hasta llegar a niveles infecciosos, sustituyendo al resto de la flora bacteriana.
Hay ocasiones en que el tejido mamario intenta aislar las bacterias que causan la mastitis, conduciendo a la formación de abscesos y por lo general, se da cuando no hubo un tratamiento adecuado durante la mastitis. Es normal que la fiebre disminuya, y el estado general mejore, pero el dolor se concentra en la zona que se ha vuelto dura externamente y movible si se palpa, como una capsula interna. En este caso será necesario acudir a un Centro de Salud para su diagnóstico y tratamiento, ya sea con una punción y drenaje con catéter, o abrir y drenar en quirófano.