Leche Humana es la fuente ideal de nutrientes y energía desarrollada evolutivamente, que llena todos los requerimientos del recién nacido y el lactante garantizando su adecuado crecimiento y desarrollo, además de ofrecer todos los elementos esenciales para el correcto funcionamiento de su sistema inmune.
Los recién nacidos que se alimentan con leche materna reciben todos los nutrimentos, vitaminas y minerales necesarios para su desarrollo inmediato y posterior. Según la UNICEF estos infantes tienen seis veces más probabilidades de sobrevivir debido a los anticuerpos que contiene este alimento, los cuales protegen frente a enfermedades como la diarrea y la neumonía, consideradas entre las principales causas de mortalidad en la infancia.
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud señalan que, a largo plazo, quienes fueron amamantados tienen:
La práctica de la lactancia materna también tiene beneficios en la salud de las mujeres:
Según datos del INEGI 2014:
¿Qué contiene la leche materna?
La leche materna es un fluido vivo, resultado de una evolución de millones de años, y diseñada por tu cuerpo de manera natural a la medida para tu bebé.
Está compuesta de proteínas, componentes nitrogenados no proteicos, lípidos, oligosacáridos, vitaminas y minerales. Adicionalmente contiene hormonas (principalmente maternas), enzimas, factores de crecimiento y muchos tipos de agentes protectores.
La leche materna no es la misma a lo largo del tiempo que lactas: su fórmula, volumen y componentes se adecuan acorde al crecimiento de tu bebé.
A grandes rasgos se habla de 4 tipos de leches diferentes:
Pre-Calostro
Se empieza a generar durante el último trimestre de la gestación, en preparación para el nacimiento del bebé. Contiene inmunoglobulinas, lactosa y sodio entre otras cosas.
Calostro.
Se produce desde el día 1 de nacido de tu bebé hasta los 4 días posteriores, no se produce en grandes cantidades, pero suele tener una alta concentración y densidad, a modo de cubrir los requerimientos del bebé.
En relación a una leche madura, tiene menor contenido energético, pero mayor contenido de proteínas, minerales e inmunoglobulinas, con la intención de nutrir y proteger al bebé recién nacido, favoreciendo el desarrollo de su sistema inmune.
No hay una gran producción, llegando inclusive a presentarse solo como gotas, esto precisamente esta diseñado así para que los riñones del bebé no se vean sobrecargados con una gran cantidad de líquido, además de favorecer con esto la expulsión del meconio (las primeras heces del bebé de todo el líquido amniótico que pudo tragar durante el embarazo, y que se caracteriza por ser de color verde-oscuro)
Es una leche de fácil digestión, para un sistema digestivo inmaduro, además de que favorece la colonización del intestino con lactobacilos.
Leche de Transición.
Se produce de 4 a 15 días de nacido el bebé, notando un incremento de volumen en el día 5 conforme se termina la producción de calostro. El incremento continúa hasta llegar aproximadamente a los 700 ml diarios
Leche madura.
Aproximadamente a partir de haber cumplido un mes de nacido el bebé, se considera que la lactancia materna ya quedó establecida de forma correcta y siguiendo la libre demanda, la leche alcanza su nivel maduro. Se produce un volumen de 700-900 ml al día.
Las grasas, proteínas y carbohidratos son de fácil digestión y absorción, de manera que se asegura el aprovechamiento de los nutrientes, con el objetivo de formar un sistema inmunitario fuerte, garantizando la salud del niño durante su primera etapa.
Durante el periodo que se de pecho, la leche variará su composición nutrimental para aportar lo que el bebé/niño vaya requiriendo según lo que vaya atravesando (por ejemplo, si el bebé presenta una infección, es muy común que la leche materna adapte su composición para apoyar al sistema del niño a combatir dicha infección)
En cualquiera de sus 4 etapas, hablamos de que la leche humana tiene a grandes rasgos:
La leche humana además ha demostrado ser un gran apoyo para ciertos trastornos y padecimientos, como lo son la diarrea aguda o la deshidratación.
Además, por el vínculo que forja con la mamá, la lactancia materna, brinda un gran apoyo emocional ante situaciones de estrés, como pueden ser aplicación de inyecciones, padecimientos infantiles, etc. Por los grandes beneficios de su composición adaptable, raras son las ocasiones que se indique suspender el pecho, sino todo lo contrario.
La OMS y UNICEF recomiendan que la lactancia materna se establezca de manera exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, y se continúe con la misma hasta al menos los 2 primeros años de vida.
* Acorde a la revisión de 17 estudios observacionales, una lactancia óptima tiene efectos beneficiosos en pruebas de coeficiente intelectual.