Probablemente, esta sea tu primera parada de nuestro micrositio pues es el núcleo de la lactancia materna, ¿Cómo alimentar a tu bebé? Si te has informado de este tema, el instinto del bebé es directamente succionar tu pecho para alimentarse, y ¡sucede! Pero puede llegar a pasar muchas cosas que no se den de manera correcta:
Antes que nada, ¡Tranquila, Mamá! TÚ puedes lograrlo. En éste apartado, trataremos de abarcar los puntos clave para ofrecer lactancia materna a tu bebé en estos primeros días.
El Agarre.
Se dice mucho que los bebés tienen el instinto de mamar y buscará tu pezón, durante la “Hora Dorada”, pero algunas mamitas se desesperan, ya sea porque es la primera vez que lactan, o porque experimentan circunstancias diferentes que con sus hijos anteriores y no saben identificar en sí si el agarre que se presenta es el correcto.
¿Cómo ayudarlo? Lo más recomendable es que tengas soporte directo y presencial durante estos momentos, en muchos hospitales se cuenta con personal de enfermería con asesoría de lactancia, que te pueden apoyar a conseguir el agarre. En caso de que no lo cuentes, es importante de en los primeros momentos de nacido de tu bebé, busques pegarlo a tu pecho desnudo, de ésta manera además del calor de la piel de mamá, las feromonas emitidas por tu cuerpo propiciarán que tu bebé busque y encuentre el pezón.
Otra opción que puedes tomar es acunando a tu bebé con un brazo, utiliza la otra mano para que agarres tu pecho, aplastando un poco tu aureola y pezón y lo dirijas hacia la nariz de tu bebé, con un movimiento de arriba-abajo, buscar que el bebé abra su boca, para introducir no sólo el pezón sino la mayor parte de la aureola y así, realice la succión. A éste agarre se le conoce como la “técnica de la hamburguesa” por la simulación que se tiene cuando se come éste alimento.
Esta posición asegura que se cumplen con los puntos básicos para un agarre correcto:
Como muchas cosas, puede ser que no te salga a la primera, la clave de todo es la constancia. Aun si fuera tu primera vez, la sensación de succión es muy especial y característica, por la fuerza con la que tu bebé jala el pezón. Si no identificas este tirón, existen muchas diferentes posturas para amamantar.
También es importante comentar que la lactancia no debe ser dolorosa: Para una primera vez, claro que puede resultar incómoda, y conforme te acostumbres, es probable que requieras adicionales de apoyo como pezoneras (que son unas copas de plástico que se colocan sobre los pezones para evitar el contacto directo) o lanolina, para aliviar un pezón irritado o lastimado, sin embargo si en un momento sientes mucho dolor al momento de lactar, casi siempre se deba a una mala posición de agarre del pezón.
Tu bebé se queda con hambre
Tristemente este es uno de los mitos más comunes que existe en el ámbito de la salud, algunas veces inclusive propiciados por especialistas de salud, que pueden ser un factor determinante para evitar el establecimiento de la lactancia materna.
Una vez nacido el bebé, los procesos bioquímicos están ahí para propiciar en tu cuerpo la producción de leche necesaria para satisfacer las necesidades de tu bebé. Y es importante decirlo así “necesaria para satisfacer las necesidades”; se corre el mito de que el flujo de leche no es suficiente para el bebé, e inclusive, para convencer de esto a la mamá se suele referir a la cantidad de veces que da pecho al día, o que su bebé se encuentra irritable, sugiriendo a modo salvador el dar un biberón de fórmula que lo hace dormir, que lo tranquiliza y con eso, se demuestra cómo es que todavía no se tiene la leche suficiente.
El error es inmenso, ya que, aunque pueda que al final todo resulte bien, hay una gran posibilidad de que la lactancia no se establezca de manera correcta, haciendo una dependencia de fórmula, con el riesgo de que inclusive la fórmula sustituya por completo la lactancia materna.
Para extender más sobre el tema, te recomendamos que acudas a nuestras secciones:
Posiciones para Amamantar
Elegir una postura para amamantar a tu hija o hijo es una cuestión muy personal y sobretodo tendrá que ver con aquella que te sea más fácil de adoptar para ti y tu bebé, considerando la comodidad de ambos. Recuerda que parte importante del agarre también tiene que ver con esta parte, ya que al ser una actividad que constantemente estarán realizando, la calidad del agarre dependerá de evitar cansancios innecesarios.
A continuación, te mostramos las posiciones más usadas, recuerda, no hay una forma correcta o incorrecta, sólo encuentra una donde tú y tu bebé se sientan más cómodos.
Esta postura es perfecta para que descanses, para después del parto o para la noche y es la que generalmente se suele probar las primeras veces. Recuéstate sobre un costado, pon al bebé frente a tu pecho para acercarlo. El bebé quedará recargado en la cama, mientras sujetas su espalda y lo apoyas con tu otra mano.
Es la más usada por todas, siéntate con apoyo en tu espalda, coloca la cabeza de tu bebé en tu brazo, con una mano en su espalda para acércalo a tu pecho, utiliza la mano libre para dirigir tu pecho de manera que se realice el agarre correcto. Un cojín de lactancia puede apoyarte para evitar el cansancio de tu brazo al cargar a tu bebé.
Similar a la anterior, pero cambia el punto de apoyo, cambiando el brazo que sostiene al bebé para brindar mayor control de parte de la madre a direccionar mejor su pecho.
También conocida como posición axilar o de acoplamiento, es una buena opción si tuviste una cesárea ya que evita que el bebé se apoye en tu estómago por la cicatriz Te sientas con tu bebé apoyado en tu antebrazo, su cuerpo queda ligeramente curvado sobre su costado con los pies mirando hacia el respaldo de la silla o lugar donde estés.
Esta posición es ideal para tener el control que necesitas, además de darte una visión perfecta de su cara y darle la seguridad que necesita el recién nacido.
También conocida como lactancia biológica, a menudo es la primera posición usada por las mamás. Coloca a tu bebé sobre tu pecho o vientre (si fue parto por cesárea, ten cuidado) si todo va bien, buscará de forma instintiva su camino hacia tus pechos. El contacto con tu piel ayudará a estimular sus instintos de alimentación.
Te dejamos unos videos-guía:
Hablando de los gases y eructos del bebé, en estricto sentido si el enganche es correcto la lactancia materna no produce gases, ya que no hay posibilidad de que el gas entre mientras el bebé succiona pues se hace un sellado correcto.
Si por otras circunstancias en las que requieres apoyarte de alimentación complementaria, alimentas a tu bebé con biberón, jeringa, vaso, o por un agarre no sellado, es necesario que se contemple la expulsión de gases.
Este video será de utilidad para guiarte al respecto.