A pesar de las innumerables recomendaciones de diferentes instituciones oficiales pediátricas sobre los beneficios de la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y acompañada con alimentación complementaria idealmente hasta los 24 meses (2 años) e inclusive, que abogan por tener aún más tiempo en este proceso, tanto como lo quiera extender la dupla madre/bebé, sigue siendo un tema de varios “opinólogos” que la lactancia prolongada es “innecesaria, inmoral, y más un deseo antinatural de la madre que del bebé/niño/cuasi adolescente”.
Estos juicios pueden estar dentro del circulo cercado de la madre siendo amigos, familiares, especialistas médicos, y también por fuera como gente extraña que inclusive increpa a una madre lactando a un niño grande.
Los resultados de estos juicios son muy desalentadores al ver datos estadísticos, compartidos por el INEGI en 2014:
Lo que nos indica estos datos es por muchos mitos, o desinformación, la madre regular no es capaz de completar siquiera la recomendación ideal de tiempo de lactancia materna, ya no hablemos de prolongarla más allá de los 2 años.
En esta sección nos interesa dejar en claro las mejores recomendaciones de los especialistas a nivel internacional, de manera que tu bebé obtenga el mayor beneficio posible de esta hermosa experiencia, y que también, si deciden extenderla, sea con los mejores sustentos posibles para poder hacer valer tu decisión sin miedo.
La lactancia materna es como una lucha libre: sin límite de tiempo.
Todas las instituciones oficiales pediátricas, asociaciones y estudios dedicados a este tema son unánimes en esta declaración: la edad límite para amamantar depende enteramente del binomio madre/hijo.
Se hace la recomendación de los tiempos mínimos e ideales y por ello se mencionan los 6 meses de lactancia materna exclusiva y de ahí idealmente hasta los 24 meses con apoyo de alimentación complementaria, pero sobre tiempos máximos de lactancia se deja a reserva de la decisión de la madre y el hijo en temas de deseo, comodidad, gustos e ideología, siempre buscando que cuando una parte ya no desee continuar, se haga el destete de manera respetuosa.
La leche “de verdad”
La introducción de la leche de vaca normalmente se presenta como “la leche de verdad” ante las madres lactantes, como si la leche que produjeran para sus bebés fuera “de mentira”. La realidad es que para un bebé es más saludable el consumo de una lactosa especialmente diseñada para él, que la de vaca que suele ser más grasosa y con otro tipo de productos ocultos por la alimentación del animal y manejo de la misma.
Si adicional a la leche de su madre, el niño quisiera consumir otra fuente láctea, puede realizarlo cuando su sistema esté digestivamente maduro (pasados los 6 meses) y no porque sea “necesaria” ya que su necesidad se cubre con la leche de su madre, sino porque tenga el antojo de comerlo.
Y entonces ¿cuál es el tiempo “normal” para dar pecho?
Para empezar, hay que definir el tema de normalidad, ya que esto varía en función de la sociedad y los cánones de lo aceptado. Como hemos comentado en líneas arriba, no hay tiempos límite.
Con soporte de estudios realizados, aseguramos que tenemos los tiempos básicos de manejo de la lactancia, pero lo común acorde a estadísticas se ve que ni siquiera se respetan los tiempos mínimos. Si nos vamos a tiempos pasados, la lactancia se extendía aún más por la falta de existencia de leches de fórmula y de manera instintiva podía extenderse hasta los 7 años, entonces todo parte sobre lo que se considera normal.
La mejor respuesta que tenemos es: “Procura una lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y posteriormente considera de 12 hasta 24 meses de manera ideal con apoyo de alimentación complementaria. El tiempo máximo depende de ti y tu bebé”
¿Cuál es la justificación para extender la lactancia pasados los 2 años?
Podemos mencionar algunas, tales como:
No significa que, por el hecho de dar pecho, se anulan las posibilidades de padecer estas enfermedades, pero si existe una correlación en donde hay un decremento del riesgo en comparación con las mamás/niños que no ejercieron la lactancia. También se ha demostrado que estos efectos protectores se incrementan entre mayor tiempo se haya dado pecho.
Menos riesgos de los que se cree
Para decirlo claramente, el mayor riesgo de extender la lactancia más de 1 o 2 años, es ser objeto del “qué dirán”:
Cuando el tiempo llegue de suspender, en especial si es una decisión que estas tomando tú, es importante que lo hagas gradualmente y sin engañar, ejerciendo lo que se conoce como “destete respetuoso”, de la cual tenemos una sección hablando del tema.