
Solo querías ir al baño. O servirte un vaso de agua. Pero tu bebé se despertó apenas soltaste su manita. Lloró como si te hubieras ido para siempre.
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¿Te suena? Entonces es probable que estés atravesando una de las etapas más intensas (y también más bellas) de la primera infancia: la angustia de la separación.
Y no, tu bebé no se está volviendo demandante. Lo que está ocurriendo es una revolución emocional profundamente natural, que requiere más comprensión que control.
Entre los 8 y 12 meses, muchos bebés comienzan a comprender algo impactante: tú y él no son la misma persona.
Es decir, entienden que puedes irte… y que eso los asusta. A esta etapa se le conoce como angustia de la separación, y es un signo claro de maduración emocional y cognitiva.
Este miedo a perderte se manifiesta de muchas formas:
Mucho. Porque la lactancia no es solo alimento: es consuelo, seguridad, presencia.
Durante esta etapa, es común que los bebés “regresen” al pecho con más intensidad. Algunas mamás se preocupan y sienten que están “retrocediendo” en su proceso.
Pero la verdad es otra: no es retroceso, es reafirmación.
Tu bebé te está diciendo: “Te necesito cerca. Este lugar me calma”.
Aquí algunas estrategias simples, amorosas y funcionales para transitar esta etapa sin agotarte:
🧸 1. Si puedes, llévalo contigo durante el día.
Tu cercanía regula su mundo interno. No es mal hábito: es base emocional.
🤱 2. No le niegues el pecho si lo pide más.
Puede que no tenga hambre, pero sí necesidad de conexión.
🎵 3. Usa tu voz como ancla emocional.
Aunque no te vea, si te escucha, su cerebro registra que estás ahí.
👋 4. Despedidas claras. Regresos visibles.
Evita desaparecer sin decirle nada. Aunque sea pequeño, entenderá más de lo que crees.
👩🍼 5. Déjalo con alguien que conozca y le dé seguridad.
Evita cambios bruscos o cuidadores nuevos durante esta etapa.
🌙 6. Respeta sus tiempos de sueño.
Muchos bebés compensan por la noche lo que extrañaron de día.
📖 7. Anticipa las separaciones con palabras.
Explícale lo que pasará. Aunque no lo parezca, lo acoge emocionalmente.
⏳ 8. Recuerda: esto no dura para siempre.
Es un puente hacia su autonomía emocional. Y tú eres su mejor guía.
Esta etapa puede ser emocionalmente agotadora, pero también es una oportunidad hermosa para construir un vínculo seguro y duradero.
Si alguna vez dudas, recuerda: no lo estás “malacostumbrando”. Lo estás ayudando a construir su confianza en el mundo… a partir de ti.
En nuestro hospital, acompañamos la lactancia y el desarrollo emocional desde el inicio, porque sabemos que cuerpo y emoción van de la mano en la crianza de un bebé sano.
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