Imagínate esto: un golpe inesperado en el tráfico. El cinturón te sujeta con fuerza, pero tu cuerpo se mueve bruscamente hacia adelante y atrás. Pareces estar bien, solo un poco adolorido, pero semanas o incluso años después, comienzas a sentir molestias en el cuello o la espalda.
¿Sabías que este tipo de movimientos pueden tener un impacto a largo plazo en tu columna?